Al final mi aventura con Opera ha durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Ha bastado menos de un mes para que me dé cuenta de lo mucho que echo de menos a Firefox para navegar por la web y de lo que lo hace tan especial para mí: su interfaz, su forma de trabajar y, sobre todo, las imprescindibles extensiones que suelo instalar para facilitarme tanto la navegación. Esto no quiere decir que Opera sea mal navegador (podría argumentar perfectamente a favor de que es un gran navegador), pero no satisface mis necesidades suficientemente. Si a esto añado que me he encontrado con algún que otro problema de estabilidad, es lógico que haya vuelto mis ojos de nuevo a Firefox.
Así que no he tenido más remedio que echar mano de la alternativa que comenté al final de aquél artículo: utilizar Firefox con más de un perfil de usuario. De este modo, al iniciar el navegador con diferentes perfiles, cada uno puede tener sus propias extensiones, agenda de marcadores, cookies, historial de navegación, contraseñas guardadas y configuración, es decir, como si fueran navegadores completamente independientes entre sí (de hecho, lo son hassta cierto punto), pudiéndose incluso utilizar varios perfiles simultáneamente.
El resultado ha sido muy satisfactorio y he vuelto a disfrutar de una navegación con Firefox sin problemas y con muchas posibilidades, aunque es cierto que la solución puede resultar algo farragosa para aquellos poco acostumbrados a trabajar con la línea de comandos y que exige cierta cantidad de trabajo para echarla a andar. La «receta», que sirve para cualquier plataforma para la que haya versión de Firefox, comienza con la invocación del gestor de perfiles para crear los que necesitemos. Para ello, basta con ejecutar el siguiente comando:
firefox -no-remote -ProfileManager
Aparecerá una pequeña ventana con una lista de los perfiles existentes (inicialmente sólo aparece el perfil por defecto) y una serie de botones de acción. Utilizaremos el de creación de perfiles para generar todos los que necesitemos. En mi caso creé dos nuevos, de forma que tuviese tres en total, dedicando el por defecto a la navegación, uno de los nuevos al desarrollo web y el tercero a la realización de pruebas. Por cierto, hay que asegurarse de marcar la casilla «No preguntar al iniciar» para que el gestor de perfiles no aparezca cada vez que arranquemos Firefox.
Una vez creados los perfiles, hay que crear tantos accesos directos como perfiles hayamos creado para iniciar Firefox con el perfil correspondiente. Así, en cada acceso indicaremos que el comando a ejecutar es el siguiente:
firefox -no-remote -P perfil
sustituyendo «perfil» por el nombre del perfil a iniciar desde ese acceso directo. Para acceder al perfil por defecto, basta con utilizar el acceso que Firefox crea cuando se instala. Existe un completo artículo sobre la gestión de perfiles de la propia Fundación Mozilla indicado para aquellos que quieran profundizar en este tema.
Una vez listos los accesos directos, sólo queda proceder a iniciar cada perfil y configurar cada navegador según la tarea que le hayamos asignado. En mi caso, todo el proceso me llevó una hora, donde lo más laborioso fue desinstalar las extensiones sobrantes del perfil por defecto e instalarlas en los otros perfiles. Ahora la navegación web ha vuelto a ser todo un verdadero placer, a la vez que puedo seguir trabajando en el desarrollo web con Firefox sin interferir en mis sesiones de navegación.
¿Y qué pasa con Opera? Pues lo dejaré en la recámara para aquellas ocasiones en las que Firefox falle o no sea capaz de mostrar una página concreta, pero después de haber probado la reciente versión 3.5, creo que van a ser muy pocas.
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