En las últimas semanas hemos contemplado el desembarco de las nuevas versiones de «pesos pesados» del mercado Linux como Mandriva o Ubuntu. Se trata de distribuciones que incluyen miles de paquetes software, en un intento de cubrir lo mejor posible hasta la más mínima necesidad del usuario, lo cual puede suponer en muchos casos una exigencia elevada en cuanto a requerimientos de hardware.
Obviamente, no todos los usuarios necesitan ni se pueden permitir esta cantidad de software. Los requerimientos del usuario Linux medio pueden variar enormemente, incluso en el tiempo, lo cual ha llevado a la proliferación de distribuciones disponibles. Dentro de este mercado, quiero destacar un tipo muy concreto: las mini-distribuciones.
Se trata de distribuciones que ocupan desde sólo 1 Mb hasta un máximo de unos pocos centenares de megas, lo que las hace ideales para que quepan en pocos disketes (incluso sólo uno) o en un CD tamaño tarjeta de visita. Su utilidad puede ser bastante variada, a pesar de su tamaño: sistemas de rescate frente a desastres, servidores de comunicaciones empotrados, usuarios domésticos con equipos anticuados o con poca capacidad, terminales gráficos ligeros para un servidor central, herramientas especializadas para el soporte técnico, etc.
La ventaja de estas distribuciones, aparte de su tamaño, es su alta especialización (no hay más remedio con tan pocos recursos) y su elevada frecuencia de actualización (buscando siempre la mejora en la relación usabilidad/espacio), lo que implica una estabilidad y un rendimiento sin precedentes dentro del mundo Linux.
Sin embargo, no son distribuciones pensadas para todo el mundo. Han sido desarrolladas para fines muy concretos y su uso debe ceñirse a estos casos. ¿Para que puede servirle un cortafuegos con soporte VPN a un usuario que se dedica a escribir cartas y navegar por Internet? Las distribuciones generalistas cubren la mayor parte del abanico de posibilidades y a ellas debemos dirigirnos para los usos estándar de nuestros equipos. Las mini-distribuciones vendrán en nuestra ayuda cuando realmente las necesitemos. Como se suele decir, el tamaño NO importa.