Ayer leí un artículo en PC Pro acerca de los planes que la Fundación Mozilla tiene para la futura versión 3.2 del navegador web Firefox. Los detalles los daba Mike Connor, arquitecto del equipo de desarrollo, quien anunciaba que pretendían incluir comandos de texto simples y aplicaciones web de escritorio en la siguiente versión del navegador una vez acaben con la que están desarrollando activamente ahora, es decir, la 3.1. Si cumplen con las expectativas, puedo asegurar que ya se me está haciendo la boca agua.
Mediante la integración de Ubiquity, una extensión que actualmente se encuentra en estado beta y de la que hablé en uno de los artículos dedicados a las mejores extensiones de Firefox, el equipo de Mozilla Labs pretende posibilitar que los usuario introduzcan frases en lenguaje natural en el navegador para que lleve a cabo ciertas tareas, como localizar una dirección en un mapa, hacer una búsqueda rápida en Wikipedia o consultar el tiempo atmosférico en cualquier localidad del mundo. Según Connor, la idea es que el usuario pueda utilizar esta potente capacidad directamente desde la barra de dirección (también conocida como «Awesome Bar» o «Barra Impresionante») y sin tener que pulsar una combinación de teclas para activarla como hasta ahora.
Así mismo, Connor habló de Prism, una característica que permitirá convertir aplicaciones web tales como Gmail en seudo aplicaciones de escritorio, que pueden accederse desde el menú de inicio o directamente desde el propio escritorio. Junto con alguna idea más de menor calado, está claro que Firefox 3.2 va a seguir la línea ascendente de Mozilla de seguir dando saltos importantes de calidad con cada nueva versión publicada.
Sin embargo, a pesar de lo excitante que es lo que está por venir con esta nueva versión, lo que más me ha llamado la atención del artículo es que parece que Google Chrome se ha convertido en la nueva barra de medir al resto de navegadores desde que se publicó hace tan sólo unos meses. Y esto lo digo porque en el artículo no dejan de mencionarlo y comparar lo que pretende hacer el equipo de desarrollo de Firefox con lo que ya hace Chrome. Por ejemplo, Prism parece que va a ser similar a una característica que fue implementada por primera vez por el navegador de Google.
Personalmente no estoy de acuerdo con esta apreciación. Es cierto que todo lo que hace Google capta la atención de todo el mundo instantáneamente, pero de ahí a que Chrome sea el nuevo modelo a seguir hay un gran paso. Pero aunque Google esté innovando con su navegador, Mozilla le lleva una gran ventaja con el suyo y no deja de ofrecer más y mejores posibilidades a sus usuarios.
De hecho, son muchos los que piensan que no todo lo que ofrece Chrome es necesariamente lo mejor, entre los que se encuentran el propio Mike Connor y yo mismo. Por ejemplo, sólo hay que echar un vistazo al modelo de gestión de pestañas de Chrome, según el cual cada una tiene su propio proceso con sus propios recursos, en aras de una mayor estabilidad del navegador. Sin embargo, como dice Connor, la sobrecarga por el uso de recursos exclusivos por pestaña conlleva un gasto excesivo e innecesario de memoria, algo de lo que nunca se tiene suficiente instalada en un equipo de escritorio. Por tanto, dudo mucho que Chrome le quite el puesto a Firefox tan pronto y tan fácilmente.