Como es bien conocido a estas alturas, Google ha publicado hace unos días la beta de su navegador Chrome para Linux, por lo que los usuarios del sistema del pingüino por fin hemos podido probarlo sin tener que recurrir a Wine para utilizar la versión de Windows. Han sido muchos meses de espera, por lo que habrá que ver si Chrome es capaz de sobrevivir a la expectación que ha creado. En principio, Google muestra un gran interés en su navegador y se ha preocupado de que haya paquetes disponibles para las principales distribuciones Linux, por lo que basta con elegir el adecuado y proceder a su instalación, y de que exista un repositorio de extensiones (que incluye la adaptación de algunas de las más populares de Firefox) con más de trescientas de ellas listas para su descarga y disfrute.

Cuando Google presentó su navegador web, basó su oferta en cuatro premisas: rapidez, compatibilidad, facilidad de uso y estabilidad. Veamos cada una de ellas para descubrir si realmente han cumplido con lo prometido.

1. Rapidez: No sólo Chrome se inicia en muy poco tiempo sino que además carga y renderiza las páginas web visitadas a gran velocidad. En este sentido, nada que objetar.

2. Compatibilidad: Chrome muestra correctamente en pantalla la mayoría de las páginas visitadas y se desenvuelve bastante bien con contenido multimedia, pero personalmente he tenido problemas con sitios web que utilizo frecuentemente por mi trabajo y con contendio Flash. Aunque el navegador incluye soporte HTML5 y CSS3, aún le queda a Google bastante que mejorar en este aspecto.

3. Facilidad de uso: El interfaz llama la atención tanto por la colocación de las pestañas (arriba del todo sustituyendo la típica barra de título de la ventana) como por lo espartano de los menús, ocultos tras un par de pequeños iconos. Gracias al espacio que esto libera, Chrome de serie consigue ofrecer más información en pantalla que ningún otro navegador. Sin embargo, echo de menos ciertas características avanzadas en la gestión de pestañas (como poder recuperar la última pestaña cerrada) y unos menús más completos.

4. Estabilidad: Aquí es donde más cojea Chrome, aunque no es de extrañar al tratarse de una versión beta. Durante las pruebas de uso nunca se me ha cerrado de golpe ni se ha ido volviendo más pesado en su uso (esto último demasiado típico de Firefox), pero la mitad de las veces sí ha ocurrido algo que impide un uso constante y adecuado del navegador: sin previo aviso, Chrome dejaba de cargar páginas, quedándose las pestañas en un bucle de espera hasta que presentaba en pantalla un mensaje de error indicando que no podía cargar la página. La única solución era cerrarlo e iniciarlo de nuevo.

A mi entender, Chrome presenta además dos importantes problemas. Por un lado, las sospechas de baja privacidad del usuario que surgieron con la versión para Windows. Por otro, que Chrome parece un paso más en la dominación de Internet por parte de Google.

¿La conclusión? Que Chrome se queda de momento como mi cuarta elección tras Firefox, Opera y Konqueror. Ya veremos cuando salga la versión definitiva, momento en el que Google seguro que dará el do de pecho. Por eso quiero prevenir a los chicos de Mozilla: o hacen de Firefox un programa más ligero y rápido o ya se pueden ir preparando para perder la cuota de mercado que tanto les ha costado conseguir en estos años y que les ha llevado recientemente a superar a Internet Explorer 7 en uso.

Una curiosidad para los usuarios de Debian y sus derivadas. La instalación de Chrome puede ser muy sencilla si añadimos el siguiente repositorio al fichero /etc/apt/sources.list:

deb http://dl.google.com/linux/deb/ stable non-free

Después actualizamos la base de datos de paquetes disponibles con:

apt-get update

y finalmente instalamos el navegador con:

apt-get install google-chrome-beta

Esto tiene además la ventaja de que cada vez que Google saque una actualización de Chrome la tendremos a nuestra disposición de forma inmediata.

P.D.: Este es el último artículo hasta el próximo año. Aprovecho la ocasión para desearles unas felices fiestas navideñas y un próspero 2010 (que falta nos hace).