Hace justamente dos años que recibí un iPhone como regalo de Reyes y ahora me ha tocado en suerte su hermano mayor: un reluciente iPad de 64 GB (eso es que he sido aún más bueno que en 2008). Gracias a la tableta de Apple, voy a poder llevar a cabo con mayor soltura y facilidad aquellas tareas que se veían obstaculizadas de algún modo por la pequeña pantalla de mi iPhone.Como en el caso del móvil, las primeras impresiones con el iPad han sido muy buenas, en parte gracias a la mayor pantalla y a la mayor potencia del hardware, pero sobre todo por el buen hacer de los cientos de desarrolladores que publican aplicaciones perfectamente adaptadas a la idiosincracia del iPad y que le sacan el máximo provecho a las posibilidades de la tableta (basta con echarle un vistazo a Flipboard para ver a lo que me refiero).
Lo primero que he hecho con el iPad es integrarlo en mi dinámica diaria de trabajo. Al igual que me pasó con el iPhone, gracias a que en Activa Sistemas basamos nuestro sistema informático en Linux y en software libre y a que respetamos los estándares de la industria, el proceso ha sido relativamente sencillo y ya puedo utilizar el iPad para acceder a toda la información de la empresa (correo, mensajería, agenda, contactos, ERP, etc.) allí donde me encuentre mediante VPN, SyncML y otras posibilidades (que son muchas).
A continuación probé a darle un uso más orientado al ocio y la experiencia ha sido también satisfactoria. A pesar de que los dispositivos móviles de Apple no me parecen buenas plataformas de juego, he de reconocer que jugar a Infinity Blade en el iPad ha sido toda una gozada. Tampoco soy fan de leer libros en una pantalla retroiluminada, como puede ser la de un monitor de PC o un móvil, pero lo cierto es que utilizar Stanza para iPad (que permite con un gesto de un dedo ajustar la iluminación de la tableta) me ha hecho descubrir una alternativa válida a mi ereader Papyre 6.1, que sigue siendo mi favorito para leer libros digitales porque, aunque su pantalla es más pequeña (6″ frente a las 10″ del iPad), es mucho más flexible en su uso, sencillo de gestionar y descansado para la vista. Habrá que ver si es posible utilizar Calibre con el iPad.
¿Qué echo de menos? Un mejor soporte de Linux por parte de Apple. Sería genial que iTunes estuviese disponible para Linux de forma nativa y así evitarme tener que echar mano de soluciones engorrosas, como reiniciar a Windows cada vez que quiero respaldar mis dispositivos. La comunidad Linux está dando grandes pasos en ese sentido, pero me temo que nunca se llegará al nivel de servicio que podría dar la propia Apple si quisiera.