Ahora que el cloud computing se ha puesto de moda, muchas entidades quieren aprovechar sus posibilidades y ventajas en su propia gestión interna. Una nube privada es un servicio que viene a resolver esta necesidad, ya que permite aplicar la tecnología de cloud computing a la información corporativa privada de todo tipo de entidades.
Básicamente, una nube privada consiste en un servicio de almacenamiento de datos al que se le añaden una serie de herramientas y aplicaciones que permiten una gestión avanzada de dichos datos. Este almacenamiento se puede implantar o bien en servidores propios o bien servidores de alojamiento virtual de terceros.
Gracias a las características mencionadas, una nube privada ofrece una serie de ventajas que la convierten en una alternativa interesante a los servidores clásicos de datos de una red local:
1. Privacidad: La ventaja más evidente es que, al estar la nube alojada en un servidor privado, los datos gozan del mayor nivel de privacidad posible, sobre todo en comparación con servicios populares como Dropbox o Google Drive.
2. Mayor control: La segunda ventaja evidente es que nos concede un control total de la gestión de la nube, sus capacidades y los datos que almacena.
3. Amplio abanico de funcionalidades: Mientras que los servicios de cloud computing que encontramos en Internet están especializados en una o dos funcionalidades, nuestra nube privada puede ofrecernos una gran cantidad de posibilidades a la hora de trabajar con ella: ficheros, sincronización, calendarios, tareas, galerías de fotos, etc. Todo depende de las aplicaciones que queramos instalarle.
4. Personalización: Precisamente por ser privada y tener su control en nuestras manos contamos con enormes posibilidades de personalizar nuestra nube: aspecto, aplicaciones, comportamiento, organización de los datos, etc.
Posiblemente, la mejor opción para implantar una nube privada sea ownCloud, un software de licencia libre especializado en estos menesteres. De este modo, a las ventajas de la nube privada le añadimos las del software libre. Es, sin duda, una combinación ganadora.